"Cuando Ayla encontró a su caballo Whinney, logró que aprendiera a obedecerla y ella consiguió cabalgarla. Todos los humanos con los que se encontraba se quedaban perplejos al verlo, porque hasta entonces ese hermoso animal salvaje sólo era una presa más de caza, veloz y peligrosa". Así relata la novelista Jean M. Auel el primer caso de domesticación de los equinos en su libro 'El Valle de los Caballos', pero lo cierto es que fueron comunidades o grupos muy dispersos quienes consiguieron domar a la fiera en regiones muy distantes del continente euroasiático.
Un numeroso grupo de investigadores, de varios países europeos, ha logrado secuenciar el genoma de 83 ejemplares procedentes de Asia, Europa, Oriente Medio y América, en busca de ese misterioso momento en el que los humanos fuimos capaces de utilizar caballos para viajar o para llevar carga.
Tras analizar su ADN mitocondrial, que es el que se hereda de las progenitoras, han concluido que existen 18 perfiles genéticos (halogrupos) diferentes en la actualidad y que todos tuvieron un ancestro común hace entre 130.000 y 160.000 años.
Curiosamente, y en contra de lo que se pensaba hasta ahora, el único caballo salvaje que queda hoy, el 'Equus przewalskii', no tiene nada que ver con el resto de los equinos.
La última glaciación
Los restos paleontológicos y arqueológicos indican que durante el Paleolítico Superior (hace entre 35.000 y 10.000 años) había caballos por toda Eurasia, pero muchos linajes no lograron sobrevivir al cambio climático que se produjo hace ntre 25.000 y 19.000 años (el último Máximo Glaciar).
Las manadas, huyendo del frío, se refugiaron en las áreas más templadas en busca de pastos, como el sur de Ucrania y la Península Ibérica, y también lo hicieron otras especies, como los seres humanos. Al norte de los Pirineos se extinguieron totalmente los equinos por falta de comida.
Fue en estas regiones donde su domesticación se llevó a cabo de forma independiente, hace no más de 7.000 años, aunque eran lugares muy distantes entre sí. Explican los científicos, en un artículo publicado en la revista 'Proceedings of National Academy of Science' (PNAS), que se domaron sobre todo muchas yeguas.
Los investigadores, dirigidos por el italiano Antonio Torroni, de la Universidad de Pavia, afirman que gracias a este trabajo se podrán reclasificar correctamente los restos fósiles de equinos que hay en múltiples colecciones e incluso ayudará a analizar el posible rol del ADN mitocondrial heredado en los caballos de carrera.
Maite Alberdi, investigadora experta en caballos prehistóricos del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) señala que "son conclusiones muy interesantes porque realmente se sabe poco de cómo se consiguió domesticarles".
"Lo más novedoso es que demuestran que el fenómeno se produjo simultáneamente en varios lugares. Y además retrasa algo el momento en el que tuvo lugar, que se pensaba que e4ra hace unos 4.000 años", afirma la investigadora.
En definitiva, puede que hubiera muchas 'Aylas' domadoras en aquellos prehistóricos 'valles de los caballos'.
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