La Agencia Espacial Europea (ESA) y la NASA planean la construcción de un satélite solar que pretende convertirse en la nave de exploración que vigilará más cerca que ninguna otra el comportamiento del astro Rey.
El Solar Orbiter (SolO) tomará fotografías y medidas desde la órbita interna del planeta Mercurio, con el fin de obtener datos que permitan conocer mejor la dinámica del Sol.
Con un presupuesto de US$240 millones, el Solar Orbiteraccederá a las capas más internas del epicentro del sistema solar y volará a tan sólo 42 millones de kilómetros del Sol.La Agencia Espacial Europea firmó un contrato con la empresa británica Astrium que liderará la construcción de la nave que se estima podría lanzarse al espacio en el año 2017.
Escudo solar
Para soportar semejante proximidad, el aparato tendrá que tener una cubierta lo suficientemente resistente.
"El calor será un gran problema", dijo Ralph Cordey, jefe del departamento científico de Astrium UK.
"Si no se protege, la superficie de la nave llegará a calentarse hasta una temperatura de 500 grados, lo que sería un desastre".
"Usaremos un escudo térmico para reducir la temperatura de la nave y sus sistemas a una temperatura ambiente, de modo que los sistemas electrónicos funcionen cómodamente".
Los instrumentos a bordo de SolO, básicamente captadores de imágenes y telescopios, observarán el astro a través de huecos con obturadores que se cerrarán cuando no se realice ninguna observación.
Entender tormentas solares
La misión pretende mejorar nuestro entendimiento sobre cómo funciona el Sol y su influencia sobre el entorno, especialmente el modo en que genera y acelera el flujo de partículas cargadas que envuelven al resto de planetas.
Estos vientos solares pueden ser muy turbulentos, y grandes erupciones en la superficie solar generan perturbaciones en este viento. Cuando este flujo de partículas golpea la atmósfera de la Tierra y otros planetas, provoca auroras boreales espectaculares.
"La misión del Solar Orbiter nos dirá cómo el Sol genera la heliosfera, tal y como se conoce su atmósfera", explicó el físico solar Lucie Green delUniversity College of London.
"La heliosfera es caliente y se expande en el espacio a una distancia de 17.000 millones de kilómetros.
"No sabemos cómo se forma y cómo evoluciona en el tiempo, pero elSolar Orbiter se adentrará profundamente en esta atmósfera para ver en qué parte de la superficie se generan estas emisiones, para entender cómo se crea la gran burbuja".
Para analizar este viento solar procedente de la superficie solar, el Solar Orbiter dispondrá de cinco instrumentos.
La sonda orbital también estudiará los procesos en juego en los polos solares, su velocidad alrededor de la estrella implica que será capaz de seguir de cerca los acontecimientos que normalmente escapan a la vista de los observatorios terrestres.