Producir medicamentos a medida del consumidor con impresoras 3D podría ser posible en un tiempo no muy lejano.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Glasgow, en Escocia, está poniendo a prueba una aparato de estas características.
Emplearon un sistema por valor de US$2000 para elaborar una serie de componentes orgánicos y grupos inorgánicos, algunos de los cuales se usan para tratar enfermedades como el cáncer.
Los científicos aseguran que a largo plazo este diseño podría utilizarse para elaborar medicinas a la carta.
Imprimiendo drogas
Sus inventores predicen que las compañías farmacéuticas podrían usar estas impresoras dentro de cinco años y que el público podría beneficiarse de ellas dentro de 20.
"Estamos demostrando que se pueden tomar sustancias químicas, meterlas en la impresora y generar lo que es en realidad un sintetizador químico donde las reacciones ocurren permitiéndonos obtener algo distinto al final", dijo el investigador Symes a la BBC.
"Estamos extrapolando el hecho de que en el futuro podríamos comprar químicos comunes, meterlos en algo que imprima en 3D, apretar un botón y mezclar los ingredientes y mezclarlos a través de su arquitectura, y al final obtendríamos una medicina".
Revolución en la salud
El proceso de imprimir en 3D involucra el uso de jeringuillas controladas robóticamente que construyen el objeto empleando una "tinta" con una textura de gel, donde los químicos y catalizadores se mezclan.
"Los farmacéuticos normalmente ponen químicos en una cubeta para generar una reacción", dice el profesor Lee Cronin, a quien se le ocurrió la idea.
"Es como las capas de una torta: imprimes el agente reactivo primero y luego dispones el resto de capas de químicos por encima, al final añades el líquido. El líquido va a la primera capa generando una nueva molécula que a su vez va a la siguiente capa y así hasta el final, cuando obtienes la medicina".
Hasta ahora los investigadores han usado sellantes para el baño como reactivo, y las sustancias producidas no son aptas para el consumo humano.
Pero los científicos afirman que el próximo paso será utilizar ingredientes y replicar medicinas ya disponibles en las farmacias. También esperan trabajar con ingenieros para aumentar la velocidad de impresión y su resolución.
Si es exitoso, dicen que médicos y pacientes podrían simplemente descargar recetas de internet y elaborar las medicinas que necesiten.
"Esto no sólo hará accesible a los laboratorios y pequeños negocios tecnología actualmente muy cara, sino que podría revolucionar el acceso a la salud y a la ciencias químicas en general en países en desarrollo", señalaron en un trabajo publicado en la revista Nature Chemistry Journal.
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